lunes, 7 de septiembre de 2009

MARCO ARANA - TIERRA Y LIBERTAD: La batalla de un sacerdote contra la indùstria minera. (que daña el medio ambiente)

El oro que mata a los Andes

Padre Marco Arana de la Diócesis de Cajamarca: "Quitan el agua a los agricultores en el nombre de la ley de la economía mundial"
La explotación de materias primas para el crecimiento económico del Perú no se puede dar haciendo pagar el precio a los más pobres. No tiene dudas el Padre Marco Arana, sacerdote de la diócesis de Cajamarca en los Andes peruanos, que desde hace años lucha por la protección del medio ambiente y de los pueblos indígenas afectados por la producción minera. Una batalla por la protección de las reservas acuíferas contaminadas por las sustancias tóxicas utilizadas en la minería. Por ello le fue concedido el Premio Nacional 2004 de los derechos humanos. Actualmente,en Perú,coordina el grupo de formación e intervención para el desarrollo sostenible (Grufides).Padre Arana, ¿Cómo comenzó esta labor? A partir de la opción preferncial para los pobres profesada por la Iglesia en América Latina desde el Concilio Vaticano II. En mi diócesis nos preguntamos cómo llegar realmente al servicio de los agricultores, que representan el 72 por ciento de la población local. En la década de los noventa Perú se reinsertó en la economía mundial mediante la apertura de su mercado y la venta de sus recursos naturales (minerales, petróleo, gas, madera ...). En Cajamarca, esto ha dado como resultado la puesta en marcha de las actividades mineras, que requieren grandes cantidades de agua y de tierra. En el norte de los Andes, sin embargo, no hay glaciares y la población depende del agua que baja desde las montañas de mas de 3200 metros, donde hay yacimientos de oro. A menudo el mapa mineral coincide con el mapa hidrico(lagunas, cuencas, fuentes ...)Además, el impacto de estas actividades es enorme: solo en la mina Yanacocha, que es manejada por una empresa con capital mixto, cuyo accionista mayoritario es el norteamericano Newmont Mining Corporation, acompañado por la Compañía Peruana de Minas Buenaventura SAA y una pequeña parte del Banco Mundial, la extracción de 600 mil toneladas de roca por día (de una tonelada se pueden extraer sólo el 0,5 gramos de oro)se producen millones de onzas de metal precioso. Es un trabajo que requiere, ante todo, una gran cantidad de cianuro y agua: la ciudad de Cajamarca, con sus 150 mil habitantes, consume 7 millones de metros cúbicos al año, en comparación con los 18 millones de la mina. La situación es aún más dramática en el campo, porque los agricultores dependen de la cosecha y de la ganaderia, para la cual se utiliza el 80 por ciento de agua disponible. Pero cuando las empresas mineras llegan, el gobierno las autoriza a convertirse en los principales consumidores, aunque la ley lo prohíba y diga que el agua debe ser en primer lugar, destinada a las personas.
¿Que significa ser un sacerdote en este contexto? Anunciar claramente un Dios de vida, que está cerca de la gente que sufre y quiere restablecer la justicia y la fraternidad. Es un reto que va desde el derecho a la tierra. El Estado expropia muchas comunidades y los obliga a vender y a cambiar lugar, negandoles el derecho al agua. En estas condiciones, la proclamación del Evangelio significa proclamar el derecho a vivir con dignidad, con acceso al agua, a la atención de la salud, a la tierra y a la alimentacion. Las empresas mineras están tratando de neutralizar la oposición de algunas comunidades campesinas con la construcción del canal de irrigación y haciendo donaciones a las organizaciones no gubernamentales, y a veces hasta a la misma Iglesia. Pero la Iglesia tiene la misión de acompañar espiritualmente a la comunidad y esto da lugar a discusiones sobre esta actividad minera. Actividad que produce oro, un bien superfluo, que consume grandes cantidades de agua, bien indispensabile y escarso. Es por eso que estamos con los campesinos, acompanandolos en la lucha por este lema « agua si, vida sí, oro no." Se ha creado entonces un conflicto violento, tanto que en los últimos cuatro años, seis campesinos fueron asesinados y otros encarcelados, mientras que algunos activistas de derechos humanos y ambientalistas han sido amenazados por los vigilantes de las empresas. Han sido victimas de procesos judiciales y difamación, con el fin de acabar con la resistencia. Por suerte no ha tenido este efecto.
¿Usted también fue amenazado de muerte? Nunca pensé que mi misión pastoral me obligaria, en ciertos momentos, a vivir bajo protección policial o, en otros, a no poder circular libremente por las calles. A comienzos de la década de los noventa podía salir solo, quedarme en la casa de feligreses, porque las calles eran libres, pero ahora hay puestos de control y guardias privados. Yo, mi familia y un grupo de compañeros de Grufides fuimos amenazados de muerte, nuestros teléfonos han sido controlados. Ahora, después de una intervención de la Comisión Interamericana de los derechos humanos de la Organización de los Estados Americanos, el Estado me garantiza proteccion y entonces tengo que ser escoltado por la policía.Algunos miembros del Episcopado, como Monsenor Pedro Barreto, Arzobispo de Huancayo, se han alineado en contra de los proyectos mineros, pero su Obispo, Monseñor José Martínez Lázaro, se ha distanciado de sus acciones. ¿Como acoge la Iglesia peruana su labor? Muchos obispos en Perú, fieles a la enseñanza del Concilio Vaticano II, de Juan Pablo II, Benedetto XVI y de la Conferencia General de los Estados de América Latina en Aparecida sobre el tema ecologico, dan cierto apoyo a esta labor. Por desgracia no ocurre en todas partes, porque la Iglesia peruana está experimentando un brusco cambio conservador. Algunos obispos recientemente nombrados, como el mio o el Obispo José Velásquez Tarazona, de Huaraz donde opera la Barrick Gold, temen las fuertes presiones de las empresas o están condicionados por la ayuda económica recibida por ellos para obras sociales. Es paradójico, porque la Iglesia no puede ayudar a los pobres con el dinero de quién los hace víctimas. Pero hace parte de la paradójica situación que vivimos en la Iglesia. Es cierto que he recibido llamadas del Obispo, pero en la práctica hasta ahora me ha permitido trabajar. Y cuando me amenazaron, por lo menos doce sacerdotes de la diócesis, es decir un tercio de los miembros del clero local, escribió cartas o celebro misas de solidaridad, al igual que otras comunidades religiosas y obispos de otras diócesis.
¿Cuál es su actividad pastoral? Dirijo la parroquia universitaria con la ayuda de un vicario porque tengo que estar mucho con la gente. Como decia San Vicente de Porres, a veces hay que "dejar a Dios por Dios", por lo que no siempre puedo estar detrás de un escritorio o en el altar. Llego siempre a celebrar los sacramentos volviendo de una visita a una comunidad, con las manos y los pies sucios. Además, mi trabajo me lleva por todo Perú. Muchas comunidades campesinas e indigenas en la selva o en la costa me invitan a hablar, a escucharlos y a darles animo, por lo que mi trabajo pastoral va más allá de un sacerdote.La proliferación de proyectos mineros está llevando a protestas y a oposiciones en muchos países de América Latina, involucrando algunas veces las diócesis.
Existe en Peru una red de movimientos en los cuales hay grupos eclesiasticos? Cuando empecé a trabajar sobre estos temas en la década de los noventa yo estaba relativamente solo, porque la Iglesia estaba preocupada por la justicia social, pero sin vincularla a cuestiones ecologicas. En estas dos décadas, la atencion se ha incrementado y han surgido muchas organizaciones pastorales: el Vicariato Apostólico de Jaén y la Arquidiócesis de Huancayo tienen una Vicaría del ambiente en la Arquidiócesis de Piura y en la diócesis de Chulucanas tienen la Vicaría de la Solidaridad. También en la mía, a pesar de la oposición de los dos últimos obispos, hace unos años se creó el Vicariato de la defensa de la vida y el medio ambiente, gracias a la insistencia de los sacerdotes, religiosos y laicos. Así que creo que hemos hecho avances significativos. Por otra parte, en Perú existe la red Muqui-Red de propuesta y acción (muqui en lengua quechua significa el espíritu protector de los Andes - ndr) cuenta con la asociación de las instituciones nacionales y locales que promueven el desarrollo sostenible y protegen a las comunidades en las zonas afectadas por la minería. Hacen parte organismos de la Iglesia y las ONG. A nivel continental creció el observatorio sobre el conflicto minero en América Latina (Ocmal), que agrupa a unas cuarenta organizaciones. Algunas de estas están vinculadas a la Iglesia, como la conferencia de religiosos hombres y mujeres en Chile (Conferre) o de la Diócesis de San Marcos, en Guatemala. En estas áreas comparten un testimonio ecuménico. Creo que estas redes son nuevas áreas de evangelización, donde no podemos pretender tener el monopolio de la verdad, pero la humildad para servir al Dios de la vida.




Tierra y Libertad -Marco Arana

No hay comentarios: